Bueno esta semana toca sincerarse e incluso mostrar de cierta forma la debilidad o la fragilidad de la maternidad. Mi maternidad.
Mi embarazo no fue un camino de rosas, ni mi parto ni siquiera nuestra estancia en el hospital. O la de la peque que se alargo unos días más.
Cuando parecía que todo se calmaba y se normalizaba apareció la cardiopatía, con la que he luchado hasta aprender a convivir e incluso aceptar aunque reconozco que me ha costado mucho.
Cuando ella nació, el sentimiento este de alegría y de es mi hija!, no apareció. En cambio, me sentí extraña, fue un sentimiento raro que no se describir. Yo me esperaba algo del rollo, alegría infinita y no fue así. El sentimiento de mama fue surgiendo a medida que iban pasando los días, pero al principio tenia más bien miedo. Me daba miedo hacerle daño, cambiarle el pañal, estar a la altura!….
Y por muy raro que parezca, eso fue lo que hizo que naciera mi yo como madre!. No surgió al momento, pero fue creciendo poco a poco, día a día. Y no me siento mal por ello, porque cada persona tiene un ritmo y ese era el mío. No es por justificarme pero viví mi embarazo con mucho miedo, miedo a perderla irracional a veces i real en otra. Que me bloqueaba y no me dejaba ilusionarme, que no me dejaba disfrutar.
Pero cuando me encontré como madre, me perdí a mi misma, deje de ser yo, tal y como era antes, sentimientos diferentes, preferencias diferentes.
No me reconocía, parecía una persona diferente. Y lo era! Y no es malo, mi hija me ha enseñado a ser mama, es más, me enseña cada día. Pero a cambio dejé de ser como era antes y yo necesitaba recuperarme. Al menos, una parte de mi yo, mi esencia. Porque empece a vivir sólo por ella y deje de ser yo.
Y necesitaba tiempo yo sola, necesito mi tiempo porque soy madre pero también persona. Y no necesito, ni quiero estar 24h con mi peque. No creo que fuese bueno ni para ella, ni para mi!
Tarde en recuperar el equilibrio, en recuperarme a mi, en sentir que vuelvo a ser yo!. Pero creo que ya lo he conseguido. Y así lo siento.
Tengo tiempo para mi, poco pero tengo!. He conocido gente estupenda que me aporta mucho. Sigo con mis amigos de siempre, esos que están ahí cuando los necesitas, y que con una mirada saben lo que te pasa y como no a mi familia, la carnal y la política. Gracias por formar parte de mi vida, porque me ayudáis a mantenerme cuerda, serena y sobretodo a disfrutar, ser feliz y lo más importante a ser yo.
Nos cambian, es así, aunque nos pese.
Los primeros días, meses e incluso a veces años, nos los pasamos dedicadas al ell@s, es como si nuetra vida quedara en un segundo o tercer plano.
Pero hay que vover a encontrarse, de golpe o poquito a poco pero hay que volver a ser nosotras, a escuchar nuestra música, leer nuestros libros ( aunque sean dos hojas por libro ), a tomarnos nuestro tiempo…
Sino, te acabas asfixiando…
Son fases que vamos teniendo pero todo vuelve a su sitio …
Bueno, no se las tuyas pero mis carnes no han vuelto a dónde estaban, ajajaja.
Besitos!!!
Por suerte como dices pasa pero al principio es un Kaos! Y lo de las carnes bueno… yo justo ahora así 3 años después estoy volviendo e incluso mejorando pero aun queda. jajjajaaj
Pues a mí me pasó lo mismo, el sentimiento de madre no nació con el parto, sino que se ha ido construyendo día a día, mes a mes…Y me cuesta encontrarme como mujer, como amiga, como amante, en otra faceta distinta a la de ser mamá y tener mi espacio, pero poco a poco lo iré recuperando, igual que mis hobbys. Conforme crezca sé que esos espacios volverán a ser míos. besitos!
Desde luego se nota que se hacen mayores porque van teniendo más autonomía y por eso tu vas teniendo un poco más de tiempo para ti!
Supongo que cada persona tiene su ritmo, lo que es ta claro que en parte dejas de ser tu misma y tus prioridades pasan a otro plano. Besitos
Si sólo necesitas un poco de tiempo para encontrar el equilibro con tu nueva faceta ;), bueno eso en mi caso claro 😉
Hola
La verdad es que esta nueva faceta, creo que a muchas nos pilla por sorpresa. Yo soy de esas que se siente madre desde que supo que estaba embarazada y en algunos momentos viví con miedo a perderla, por problemas en el embarazo. Cuando nació yo no tuve esa felicidad infinita, si no que, como tu sentí miedo, miedo a hacerle daño a no saber hacer las cosas a todo. Pero mientras iban pasando los días, veía que todo estaba en mi cabeza y que podemos con eso y con más y que lo que necesitamos es tiempo para adaptarnos a la nueva situación.
La peque absorve la mayoría de mi tiempo. Siempre que estoy en casa, ella quiere estar conmigo, si no encima, al lado, pero cerca para poder verme y sentirme y aunque me siento, a veces, abrumada, casi siempre siento un amor infinito de ella hacia mi y viceversa. Esa unión que solo tienen madre e hija.
Besotes!
Hay corazón…tu sentimiento es mucho más común de lo que te crees. Nadie te informa de todo lo que viene o estar por venir, y a veces necesitamos nuestro tiempo. Un besote y ánimo!!