
¿Conoces a Cristian Olivé?
Un profesor rebelde que se implica con sus alumnos y que busca conseguir que los alumnos sean el eje de su propio de aprendizaje.
Sin miedo a equivocarse o reconocer que ha tenido un mal día, un profesor que educa no sólo en contenido, también en valores, que consigue implicar a sus alumnos y aprender con ellos. Porque la educación esta viva y es necesario huir de imposiciones y centrarse en potenciar sus talentos, despertar inquietudes, el desarrollo personal y fomentar una relación de tu a tu, un espacio de confianza.
Dispuesto a romper esquemas y despertar el interés de sus alumnos, ya sea a través de Netflix, manifestaciones, Rosalía.
Hace poco que a sacado su segundo libro «Profes Rebeldes», basado en su propia experiencia en el aula. Un libro sobre educación, respeto y sobre ayudar al alumno a cuestionarse. En el que habla de un sistema educativo caduco basado en notas y no en sus intereses.

Pequeña entrevista con Cristian Olivé un Profe Rebelde
1. ¿Qué te impulso a escribir el libro y a quien va dirigido? ¿Cuál era tu objetivo al escribirlo?
Lo que me impulsó a escribir el libro fue la necesidad de poner sobre la mesa asuntos que afectan a la educación y que en muchos casos se reservan a un segundo plano. En mi libro cuento mi viaje personal para convertirme en el profe que soy hoy. Quizá pueda inspirar, pueda ayudar o simplemente pueda servir para intercambiar opiniones.
2. Si hubieses sido tu profesor, ¿Qué te habrías dicho?
¡Qué buena pregunta! Como estudiante me encantaba conocer los entresijos del oficio de profesor. Si me hubiese tenido de profesor, habría sido muy insistente preguntando de dónde saco las ideas y cómo consigo no perder la ilusión.
3. ¿Qué características tiene un profe rebelde y que busca?
Para mí, un profe rebelde es aquel que sitúa al alumno en el centro de su propio aprendizaje. Le ofrece al alumno lo que de verdad quiere saber; no lo que se supone que debe saber. En Secundaria, los docentes somos especialistas de una disciplina y creo que es bastante valiente asumir que no todo lo que tiene que ver con nuestro ámbito lo tienen que saber nuestros alumnos. Pienso que es valiente saber dejar de lado algunos aspectos del currículum para potenciar aquellos que no están y que afectan al crecimiento personal y al autoconocimiento del alumno.
4. ¿Cómo actúas ante comportamientos ofensivos?
Siempre procuro establecer un clima de confianza y respeto en el aula. Evidentemente, no siempre es posible. En ese casos, hablo con el alumno, intento encontrar la causa de su malestar y le muestro mi apoyo. No siempre funciona, pero al menos les demuestro que la relación es de tú a tú.
5. ¿Qué crees que te ha ayudado a poder conectar mejor con tus alumnos? ¿Crees que ha influido más tu juventud o tu interés por entenderlos?
Muchas veces me preguntan si me resulta fácil acercarme a mis alumnos por mi edad. Yo pienso que no es así. No soy consumidor de Youtube, ni consumo videojuegos y apenas tengo tiempo para mirar series. Sin embargo, el secreto está en escuchar lo que les interesa. No hay más.

6. ¿Piensas que lo principal para llegar a los alumnos es adaptarse a sus intereses o buscar puntos en común?
Siempre digo que no es necesario compartir los intereses con los adolescentes. Ellos tienes los suyos y los adultos, los nuestros. No se trata de juntarlos, sino de construir puentes. Los adolescentes demanadan comprensión y respeto y, en cambio, a veces lo único que reciben es prejucios y comentarios negativos.
7. ¿La empatía es clave en la educación?
La empatía es la base fundamental de cualquier docente. Nuestro trabajo se basa en las relaciones interpersonales. Cuando veo a profes que no disfrutan del trato humano, me echo las manos a la cabeza.
8. ¿Qué te gustaría aportarles a tus alumnos?
Me encantaría aportarles confianza, seguridad en sí mismos, ganas de aprender más y de decubrirse a sí mismos. Son demasiados objetivos. ¡Quizá soy un iluso!
9. ¿Cómo profesor rebelde buscas a alumnos y familias rebeldes que se atrevan a pedir cambios educativos? ¿Qué fallos piensas que tiene el sistema?
Siempre digo que la educación debe avanzar al mismo ritmo que la sociedad; no al ritmo que nos marquen las instituciones. Por ello, defiendo un cambio desde las aulas y desde las familias. El sistema falla en varios aspectos: el más grave es el no preguntarles a los alumnos quiénes son, cómo son y qué quieren ser. Por esta razón, finalizan los estudios obligatorios sin tener nada claro de sí mismos.
10. ¿Cómo se convierte al alumno en el núcleo de su propio aprendizaje?

Intentando darle las respuestas que necesitan de verdad. Teniendo en cuenta su opinión. Aprovechando la experiencia del adulto para aprender también de los alumnos. Trasladando al aula su realidad para demostrarles que lo que aprendemos en clase tiene un reflejo auténtico en su día a día.
11. ¿Qué es lo que más valoras a la hora de enseñar?
Valoro que mis alumnos crezcan como personas y se descubran a sí mismos en mis clases. Me doy por satisfecho cuando consigo, con alguna actividad, que se planteen algo con lo que antes no se habían parado a pensar o que desarrollen el espíritu crítico.
12. ¿Piensas que es necesario evaluar a los alumnos de forma individual por su evolución si tener en cuenta si ha llegado a los mínimos requeridos por el currículo?
Lo importante del proceso de aprendizaje es el camino; no la meta. Cada alumno tiene sus propias metas, y cuando los encasillamos a todos en un mismo ránking obviamos todas estas diferencias. Equivocarse para aprender. Ese es mi lema. Si solo tenemos en cuenta el resultado, les estamos lanzando el mensaje de que lo importante es el resultado. Y no es así.

13. ¿Qué piensas del Pin Parental?
Me parece humillante que se utilice la educación como arma de confrontación. Soy un gran defensor de una escuela abierta que dé respuesta a las cuestiones actuales. Para que nuetros alumnos sea libres, primero tenemos que enseñarles a ser tolerantes.
14. Si no fueses profesor, ¿a qué te gustaría dedicarte?
Volvería a ser profesor una y mil veces.
Espero que cuando mis hijas vayan al instituto tengan profesores rebeldes. Yo por mi parte me declaro una madre rebelde.
Gracias,