
Querido amigo Zen, más de 17 años a tu lado y se me hizo corto
Hoy al enterarme de la noticia siento la necesidad de escribir esto para mí y para tí.
Zen has sido y serás una parte importante de mí. No sé cómo explicarles a mis hijas, sobretodo a la mayor que ya no vas a estar. Cuando a mi misma me cuesta tanto aceptarlo.
Más de 17 años especiales, en los que nos has dado tanto. Llegaste en uno de mis peores momentos, estar contigo y abrazarte me dio fuerza, para seguir adelante.
Desde entonces, siempre has estado ahí, tu presencia y tu forma de ser nos ha ayudado a todos. Fuiste luz en la oscuridad, amor en la tristeza y mi gran apoyo cuando flaqueaba. Te debo tanto, que sólo espero que hayamos estado a tu altura Zen.
Le has dado tanto a esta familia que no puedo evitar llorar
Me cuesta imaginar que ya no vas a estar cuando vaya a casa. Nuestra casa, tú casa. Que no me pedirás comida a mi o a las niñas. Que ya no me perseguirás guiándome al cajón para que te ponga un poco más. Que ya no buscarás nuestras manos para que te acaricien y no ronronearás de nuevo.
Has sido mucho más que una mascota has sido nuestra familia
Gracias por todo este tiempo, ha sido maravilloso poder compartirlo. Has sido muy grande amigo y nos dejas un gran vacío. Cuidaste de mí y de mis abuelos. Jamás te olvidaremos.
Me habría gustado que formarás parte de esta nueva aventura que empezamos en breve. Vollver a vivir juntos, pasar más horas a tu lado. No quería que llegará este momento. Sé que ya eras muy mayor y que has tenido una buena vida. Aún así me cuesta decirte adiós.
Ahora nos toca lo más difícil Zen, aceptar que ya no estás aquí. Descansa amigo te lo mereces. Gracias por cuidar tanto y tan bien de todos.