Hoy es 19 de octubre, día mundial contra el cáncer de mama.
Y he decidido explicar cómo lo viví, este post se lo dedicó a ella, la persona que me enseñó a luchar,no rendirme y una de mis súper heroínas; mi mami.
Hace más de 17 años que la perdí; el cáncer le ganó la batalla, me la arrebató. Fueron unos meses intensos de lucha.
Yo, era pequeña, tenía 15 años, me ocultaban cosas y creían que no era del todo consciente de lo que pasaba. La verdad, es que tampoco era capaz de asumirlo y me hacía la tonta.
Era muy joven, y lo que empezó como un dolor en la cadera se acabó desvelando como un cáncer de mama. Cuando lo detectaron, ya había hecho metástasis y estaba muy extendido.
¡Recuerdo su amor por nosotras y que lucho sin perder la sonrisa!
Recuerdo el amor que siento por ella, porque eso no se pierde a pesar de que ya no está.
El cáncer estaba ahí desde hacía tiempo. Recuerdo escucharle llorar a escondidas de impotencia cuando la tacharon de loca. Porque ella sabía que algo malo le pasaba, recuerdo con tristeza como fue mes tras mes a urgencias diciendo que le pasaba algo y no daban con el diagnóstico.
Recuerdo como el día de navidad al verle, (le operaban ese día para poner una prótesis porque le destrozo la cadera y tuvieron que cerrar porque estaba peor de lo que pensaban) ese fue el día que me confesó que lo que tenía se llamaba Cáncer y que estaba muy malita. Recuerdo acompañarla a alguna de sus sesiones de radioterapia y quimioterapia.
Recuerdo como me consolaba y me daba fuerzas ella a mí, también algunas de nuestras conversaciones.
Recuerdo estar escondida y enfadada con el mundo y sobretodo con los médicos. O escuchar a mi abuelo pedirle a Dios que se lo llevará a él.
Recuerdo su fuerza y su fe, sinceramente creo que le ayudó a llevarlo todo mejor, aunque yo perdí la poca que tenía, cuando ella murió.
Recuerdo el silencio, los llantos y la tristeza. El sentirme sobrepasada y huir. Soñar una y otra vez con que ella estaba viva, despertar feliz ir corriendo a su habitación y volver a llorar porque fue un sueño. Recuerdo llorar cuando nacieron mis hijas al pensar lo que me hacía falta.
Y reconfortarme pensando que ella de algún modo me cuida, porque ella vive en mí, en mi hermana, en mi abuela, en mi padre, un poco en todos los que la conocieron y la querían. Y si hay algo que deseo es parecerme a ella, ser tan importante para mis hijas como ella lo es para mí.
Y ahora confieso, que me ha costado compartirlo pero que hay días que llorar viene bien para coger impulso y seguir adelante con una sonrisa recordando todo lo bueno que vivimos y todo lo bueno que me queda por vivir.
Por eso te digo, haz revisiones, no dejes de hacerte pruebas y ante cualquier síntoma acude al médico.
Y si como yo tienes antecedentes acude a tus revisiones, hazte exploraciones periódicamente y si no sabes cómo realizarlas pídele a un profesional que te enseñe. Detectarlo a tiempo salva vidas, gracias a esto, otras mujeres lo superan.
También se lo dedico a ellas, esas grandes luchadoras y vencedoras: Consuelo, Josefina, Eliza, Marta, Rosa.
Aix, Bea, como te entiendo, yo perdí a mi madre de cáncer también y cuando he leído tú post… aix que difícil es, cuando te vea te daré un abrazote de esos que aprietan porque ahora no salen las palabras
Nos damos uno bien fuerte las dos, la semana que viene creo que nos vemos.